domingo, 13 de julio de 2014

BAGATELAS



     Se acumulan los ramos de flores y cajas de bombones junto con otros regalos más suntuosos, algunos incluso extravagantes, en el mostrador de recepción de la residencia de ancianos. Son todos presentes de amantes despechados cuyo amor no ha logrado aplacar el paso del tiempo. Y todos van destinados para la misma persona, una anciana recluida allí que sin embargo nunca ha aceptado ninguno de ellos. Lleva muchos años en la residencia y las monjas que la atienden no acaban de comprender esa actitud de desprecio hacía todos esos detalles de cariño. Escribiendo en un pizarrín le preguntan porqué nunca acepta al menos uno, pues es una pena que flores, bombones y demás bagatelas se echen a perder. Y la respuesta de ella siempre es la misma: “Recibí hace mucho tiempo el mejor de los regalos que un hombre puede hacer a una mujer”. La anciana se llama Therese Malfatti  y por culpa de una infección sufrida en su juventud está completamente sorda.