sábado, 1 de octubre de 2011

REFERENCIA 19º CASO RESUELTO "BOBY" (SAULO Y EL MESÍAS (2ª PARTE)

El hecho
Abdón había escamoteado un vuelto de veinte mangos, correspondiente a la última compra que hizo Braian para el cura. El galaico le reclamó al pendejo, éste puteó a don Abdón y el conflicto derivó en negarse a continuar vendiéndole alcohol, cigarrillos y fana por ser menor de edad, y faltar el respeto.
El cura restó importancia al acontecimiento. Supuso que los genes del turco priorizarían utilidad sobre orgullo. Volvió a mandarlo a comprar vino al día siguiente.
El pendejo sacó un tetra brick de la góndola. Cuando fue a pagar, Abdón quiso retener la caja de vino.
Braian arrojó su plata al mostrador y salió corriendo.
El Comando de Acción Preventiva (CAP), que había salido a chupar alguien al voleo, logró prevenir la fuga.
Encontrado in fraganti, cagaron a palos al malhechor y lo trasladaron al precinto.
Tres días después, la fiscal María José cuatro apellidos imputó a Braian de robo calificado por estar armado, pidió prisión preventiva.
El juez del mismo fuero, José María dos apellidos, consciente de la peligrosidad del hecho, aprobó el pedido.
El galaico visitó tribunales, habló al magistrado con el corazón, imploró la restitución de Braian a su madre.
El juez respondió que tenía la íntima convicción de culpabilidad, aprovechó para pedir la bendición.
El defensor oficial apeló la detención por irracional, basado en el ‘Principio de Insignificancia’:
“La detención por este hecho, que en casos de adultos ya sería un absurdo, lo es más en el caso del menor. La Convención de los Derechos del Niño impide llegar a una situación semejante” —Alegó en el escrito.

Rechazado.
Con el fin de evitar la prisión preventiva, el defensor pidió la elevación a juicio.
Rechazado.
El juez cajoneó el expediente dando tiempo, a los penitenciarios, para que inicien al pendejo a levantar ‘R12’, ‘Ford Falcon’, ‘Peugeot 504’… (Modelos que ya no se fabrican) y transformarlos en repuestos.
El galaico tenía razón, no salía más, supuse se sentía culpable por haberlo puesto en los engranajes de la máquina judicial.

Saber es poder
José María dos apellidos, como muchos de la sagrada familia judicial de Córdoba, es cliente habitual de ‘El Paraíso’, exhorta a Strella que le rompa el culo.
Me pregunto si no es una especie de catarsis —¡Tienen tanto poder, los jueces…!
El magistrado está enamorado, perdió totalmente la capacidad de fingir indiferencia. El amor lo volvió débil, expuesto, torturado.
Seguí el hilo conductor. Pelé el celular, llamé al oficial de justicia amigo. Le pedí que hable con el juez y lo ponga en situación. Nunca es gratis meter el pecho como yo lo hice, pero el galaico lo meritaba por buen tipo.
Al rato me habló para decirme que Braian estaba confesando en el precinto.
Insistí sin eufemismos.
A la hora, un móvil del CAP traía al pendejo de vuelta. Su cuerpo exudaba el mismo olor que el baño público de la Plaza San Martín. Su aliento olía a muerte.

—¡Vete a bañar! —Ordenó el cura en gallego, y agregó —Usa mi cepillo de dientes, hay toallas limpias —Braian obedeció.
Al fin podría dedicarme a la desaparición de ‘Boby’, me despedí del cura no sin antes recordarle el favorón que me debía.

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

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